La media montaña asturiana da infinitas posibilidades para hacer rutas cicloturistas. Esta vez nos acercamos a la zona de Llanera, Candamo e Illas, con las ascensiones a La Roñada y La Miranda.
104kms y 1350m de desnivel en total.
Salgo de casa rumbo a Posada de Llanera, donde he quedado con Hugo y el crack. El trayecto hasta allí es bastante pesado por el tráfico.
Una vez juntos, salimos de Posada por terreno rompepiernas lleno de toboganes.


Nos acercamos a Santa Cruz de Llanera, con buenas vistas de la Sierra del Pedroso.


Desde allí afrontamos una bajada larga y cómoda hasta Peñaflor, para algunos casi como el Galibier, jajaja.


En Peñaflor continuamos hacia Pravia, por una carretera con continuos toboganes en los que empieza a haber los típicos ataques a traición cuando alguno para a mear, jaja. 
A nuestra izquierda, en la otra orilla del río Nalón, podemos ver la subida a San Tirso.


Tenemos un buen repecho para llegar a Santoseso, donde comenzaremos la ascensión a La Roñada.


Aquí ya se puede ver a Hugo y al crack soltándose indirectas.... y es que vaya subidita que me dieron, jaja.


Los primeros kms son más abiertos, con pendientes suaves del 5-6%



Más tarde entramos en el bosque, con un verde espectacular, y las pendientes manteniéndose en el 5-6%.


Llegamos al cruce de Los Veneros, disminuye la pendiente, y comienza el espectáculo del crack y Hugo, soltándose unos hachazos que no son ni medio normales, jaja.


Llegamos a una curva de vaguada que atraviesa unas praderas espectaculares, y con buenas vistas del valle del que venimos.


Y ahí siguen el crack y Hugo a su rollo, jajaja.




Coronamos La Roñada y podemos ver San Esteban de Pravia y la desembocadura del Nalón.




Seguimos rumbo a La Peral, con el Gorfolí delante nuestro.



Y bajamos a Avilés, donde nos espera un más que merecido avituallamiento.


La Miranda es la siguiente dificultad del día, a la que nos dirigimos con calma....


...pero de nuevo me llevan por la subida echando chispas, esto no es ni medio normal, jajaja. 
La Miranda, pese a ser muy suave en números, es un puerto muy resultón, con buenas vistas en la cima.


Y en la cima ya me separo de Hugo y el crack, que sigan ellos atacándose por su cuenta, que a mí ya me reventaron con su cicloturismo de chip, jajaja, y yo sigo tranquilamente hasta casa.

Grandísima ruta, muchas risas, como siempre un placer compartir pedaladas con Hugo y el crack. A ver si repetimos pronto...
La Collada Llomena es una dura ascensión situada en el concejo de Ponga. En total son algo más de 9 kilómetros de ascensión, con una media algo engañosa del 6,5%, ya que la subida consta de dos partes diferenciadas, una primera parte más cómoda, con pendientes asequibles, hasta llegar a San Juan de Beleño, y una segunda parte con 4 kilómetros que albergan rampas duras y sostenidas por encima del 10%.
Esta subida sirve para conectar el valle de Ponga con el del Sella, y tanto esta como su otra vertiente destacan por su perfecta mezcla de dureza y belleza, ideales para la práctica del cicloturismo en este tranquilo y remoto paraje de Asturias.


La subida comienza en el puente sobre el río Ponga, en plena carretera AS-261.


Los primeros 3,5kms no tienen gran historia. Grandes rectas y carretera ancha con pendientes muy constantes al 6-7%, atravesando una zona muy arbolada y con vistas puntuales de los picos cercanos.



Llegamos a Beleño, donde la ascensión nos ofrece una pequeña tregua en forma de descanso.


A la salida de Beleño deberemos desviarnos a la izquierda, por la carretera PO-2, dirección a Viego. A partir del cruce las pendientes aumentan considerablemente, y puntualmente llegan al 11%.


Rápidamente ganamos altura y dejamos Beleño abajo, con la Collada Taranes enfrente.


La subida continúa con pendientes que rondan el doble dígito continuamente, alternados con pequeños descansillos que nos permiten coger aire y hacer que la media de esta zona baje ligeramente.


Acercándonos al bosque de Peloño, llegamos a la zona de herraduras donde ganamos altura vertiginosamente debido a las duras rampas del 13-15% que debemos de superar en alguna zona.




Poco a poco vamos saliendo del bosque y las pendientes comienzan a disminuir ligeramente.



El ligero respiro que nos da la subida nos permitirá disfrutar de la belleza del paraje que estamos recorriendo.



La pendiente sigue disminuyendo hasta llegar a un 4-5% en los últimos 1,5kms, donde el Tiatordos luce con total esplendor.



La pendiente continua disminuyendo hasta convertirse en un falso llano justo antes de alcanzar la cima, donde como premio disfrutaremos de unas magníficas vistas de la otra vertiente, con los Picos de Europa ante nosotros.






El pasado miércoles tocó hacer una ruta por la media montaña de las cuencas mineras, con las subidas a La Mozqueta, Carabanzo y El Cordal. En total fueron 91kms y 1850m de desnivel.



Salgo de Oviedo con Dosoro rumbo a la cuenca del Nalón a través de San Esteban de las Cruces. Cuando comenzamos a descender hacia Tudela Veguín nos unimos a David y Estrada que ya llevaban de ruta un rato.
La primavera está en pleno apogeo y las praderas lucen verdes y los árboles floridos.


Tenemos unos kilómetros incómodos cruzando la ciudad lineal del Nalón hasta llegar a Ciaño, donde nos dirigiremos hacia La Mozqueta, ascensión que utilizaremos para pasar de una cuenca minera a la otra.


Hasta La Nueva el terreno es ligeramente ascendente, pero sin mayor dificultad. A partir de allí nos esperan 6kms al 8-9% muy constantes. Los primeros kilómetros son bastante cerrados debido a la frondosa arboleda.


A partir de La Fresnosa y sus espectaculares herraduras, desaparecen los árboles y podemos disfrutar de unas esplendidas vistas del valle.




Al fondo ya divisamos la cima, donde podremos disfrutar de buenas vistas de ambas vertientes.






3ª ruta del año para Dosoro y se mete un puertazo como La Mozqueta.


Paramos a comer un pincho en el bar del cruce de la Colladiella y bajamos hacia Figaredo donde nos separamos de Dosoro.
Poco después comenzamos a subir a Carabanzo, tan solo 2kms, pero con rampas realmente duras.



Poco antes de llegar al pueblo podemos disfrutar del Aramo y el Gamoniteiro.




De Carabanzo bajamos a Pola, donde nos despedimos de Estrada, y vamos a por El Cordal por su vertiente sur, corta, pero de gran dureza.



Aquí empiezo a notar la falta de fondo y subo los dos últimos kilómetros, los más duros, echando chispas, jaja.



Una vez coronado El Cordal, solo quedaba bajar por el valle de Riosa y volver a Oviedo por El Condado y La Majoya, que con la tostada que llevaba me parece el enlazado Telegraph - Galibier, jaja.


Gran ruta y gran compañía. Así da gusto andar en bici.